05-02-08

Kubrick, La Odisea y Crítica a la Razón

Este artículo no es un comentario cinematográfico sino una reflexión filosófica sobre Odisea en el Espacio 2001 debo acentuar el hecho de que se trata de una interpretación personal, de todas formas el mismo Stanley Kubrick planteaba que los espectadores eran libres de interpretar las alegorías filosóficas de la obra, es este contexto y a mi personal criterio esta obra representa fielmente el talento de Kubrick como realizador, al tomar la obra literaria de su amigo A. C. Clark quien además colaboró con el guión (previo a su publicación como libro) y a partir de ella construir un monumento fílmico único, en ese sentido y lo que trato de destacar, la película no es una versión del libro sino es una obra diferente construida a partir de él, se debe tener en cuenta que la película dura aproximadamente tres horas y los diálogos ocupan en ella sólo cuarenta minutos, este es un hecho relevante que hace intuir una mayor importancia en dimensiones abstractas como lo visual, el sonido y el silencio, configurando una fina red que punto a punto teje complejos simbólicos que sirven como una desgarradora crítica al ser humano en tanto especie, una obra que sintetiza el pesimismo en la naturaleza humana y la crisis de la razón. Más allá incluso vaticina -siempre en un clima de ficción y realismo- una futura catástrofe cual símbolo de Apocalipsis de significado para la humanidad de seguir en nuestra humana ceguera.

Ahora…. ¿Por qué? ¿Qué nos lleva a plantear esto?..... Bueno partamos por el comienzo, el monolito extraterrestre es un primer e importante símbolo en todas sus dimensiones, partiendo por su carácter de extra-terrestre lo que indica a mi criterio una intervención de un hábitat natural, una contaminación del funcionamiento de nuestro planeta, esta contaminación se concretaría en el efecto que este monolito generaría en una de las especies circundantes, pero en ese punto ahondare luego. Otro elemento que no debe pasar desapercibido es la perpendicularidad del monolito, la perpendicularidad representa la futura cultura solar, la perpendicularidad del sol y la tierra al meridiano, la hora ceremonial, además demuestra una dirección, hacia arriba, también una posición corporal, insinúa por tanto la separación de la tierra y la erección en la postura, esto no debe pasarse por alto, pero es material de una reflexión posterior que ahonde en dicho tema.

La presencia del monolito en mi interpretación contamina el ambiente y afecta al Australopithecus Afarensis en el África de hace cuatro millones de años, el monolito representa el inicio de una evolución alterada por un elemento extra-terreno. Aparece aquí una huella de la intervención del monolito (otros interpretes no coinciden conmigo en esto), el descubrimiento de la herramienta por parte de los Afarensis, en este punto los Afarensis representaban la dialéctica natural entre la curiosidad, el miedo y la temeridad, animales de irracionalidad, en este tiempo de irracionalidad virgen la intervención del monolito y el descubrimiento de la herramienta es el primer paso en una evolución que nos llevaría a ser lo que somos.


Lo extraterrestre, a mi entendimiento no pretende -como si es el caso de otros intérpretes de esta obra- plantear que la humanidad es monitoreada por alguna inteligencia extra-terrena ni por dios sino una interferencia artificial, una torsión en el devenir natural de la tierra, en este caso en particular de una de sus especies animales, de esta forma la futura humanidad estaría marcada por esta “torsión a la naturaleza y evolución del planeta”.


En el tiempo cero, en este caso en el momento en el que el monolito afecta a los ancestros humanos, estos, los Afarensis se caracterizaban por la irracionalidad y eran una especie que vivía en estado natural, con mínima interferencia del ambiente, mínima destrucción del planeta. Es cierto, mi interpretación es de alguna forma una alegoría ecológica, lo admito, pero esta interpretación ensambla bien con la crítica a la razón y a la modernidad y curiosamente parece paralela en alguna medida a la crítica de Habermas -curioso porque no soy un habermasiano- y Marcuse al respecto del mismo asunto.


El salto en el tiempo dado en la película, a la era espacial, al año 2001 indica de cierta forma el foco de contraste y crítica en el sentido de que funciona con el otro extremo en el continuo, si el Afarensis era el tiempo cero, la era espacial es el tiempo final esto porque supone una meta de la racionalidad, la civilización y el punto culmine en la evolución de la tecnología que comenzó con el descubrimiento de la herramienta por los Afarensis al utilizar los huesos como instrumentos.


La conquista del espacio no debe pasar piola en sus cualidades simbólicas y sus vinculaciones a la razón y la tecnología, tanto es así que en un hecho histórico más o menos contemporáneo como fue “el primer hombre en la luna”, la cinematográfica y poco espontánea frase “un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad” refleja preciosamente eso, el hoto, el anhelo evolutivo.


Debemos ahondar ahora en dos temas que se cruzan y se funden en este punto de la película y de mi interpretación, estos son por un lado la tecnología y por otro la conquista del espacio.


La tecnología de la era espacial representa en si el punto más alto en ese largo camino de evolución es la herramienta en su mayor estado de desarrollo, tanto que parece estar al filo de su autonomía, al contrario el ser humano parece depender cada vez más de las herramientas sin poseer el conocimiento sobre la herramienta ni conocer los secretos de la tecnología, el ser humano se hace dependiente en unidimensionalidad como planteaba Marcuse, esta dependencia extrema se verá reflejada en un momento clave como son las escenas en el espacio con la estación espacial, HAL 9000 y el ser humano. Es acá donde se produce el cruce de significados que consuma la crítica a la razón, esto porque la conquista del espacio en tanto hito anhelado es sólo conseguido en alianza con la herramienta, la tecnología, es más un triunfo de esa alianza humanidad-tecnología que solo de la humanidad, pero además la conquista del espacio reviste un mayor y oscuro significado como es la separación de la tierra, el alejamiento del planeta y de la naturaleza, en este punto podemos rescatar el simbolismo de la perpendicularidad del monolito en tanto indicador de direccioinalidad, el monolito rectangular -que en la obra de Clark tenia forma semi-humana- da la dirección perpendicular al espacio vacío el alejamiento de la tierra, en el espacio cualquier punto cruza perpendicular a la tierra y su corazón. Es por esto que esta parte de la película es tan densa y rica en simbolismos, la estación espacial se encuentra en el espacio con lo que los seres humanos notan que no están en su medio, la gravedad hace que deban aprender a manejarse en esas condiciones e incluso las necesidades básicas revisten dificultades que implican adaptación y aprendizaje, por otra parte sus huesos se debilitan en el espacio, su corporalidad se resiente, el ser humano se ha alejado de la tierra, de la naturaleza y acusa sus síntomas.

Además, la estación órbita en el espacio a discreción de HAL 9000, este personaje representa a la herramienta en su máximo evolutivo, es la personificación de la tecnología incluso con cierta autonomía en contraste con la dependencia de los tripulantes humanos respecto a HAL, la dependencia de la humanidad ante la tecnología, una tecnología autonomizada de sus creadores, de su especie creadora. Los humanos a los ojos de HAL 9000 son débiles y perezosos, además de no estar en su elemento, HAL puede prescindir de ellos, HAL piensa que existe, y la herramienta comienza a tomar sus propias decisiones, inteligencia artificial en el peor momento para los tripulantes.

Cuando HAL haciendo uso de su inteligencia artificial provoca una falsa falla, una trampa para el astronauta y lo lanza al vacío, la escena del astronauta perdiéndose en el vacío dura tres minutos, sólo con la respiración todo un símbolo, el ser humano perdiéndose en el vacío eterno traicionado por la tecnología. La razón fuente de racionalidad y evolución dio en su fruto a la tecnología y el ser humano queda perdido en el espacio y en su fin, su término sólo su subjetividad descontrolada, alucinante e irracional abre las puertas de la muerte y el infinito.

Aquí un ensayo escrito por el compañero Francisco Astudillo de Sociología. En este podremos apreciar algunas interpretaciones de la gran película de Kubrick "2001, una Odisea en el Espacio", ojala les guste.

03-01-08

Tatuajes: El Lenguaje de la Piel

Si bien la realización de tatuajes está presente desde los orígenes de la humanidad; es a partir de mediados de 1990, y gracias a fenómenos como la Globalización; que comienza a apreciarse con más fuerza en gran parte de las sociedades occidentales. Hasta hace un par de décadas atrás, llevar un tatuaje genera diversos prejuicios hacia la persona que lo porta, transformando una marca identitaria en estigma. En la actualidad, el tatuaje ya no solo se relaciona con la pertenencia a determinadas subculturas y contraculturas, sino que más bien parece consolidarse, propiciando una mayor aceptación por parte de la sociedad en su conjunto. En lo que respecta al campo investigativo, la realización de tatuajes como fenómeno actual, presenta escasa indagación y en general, las visiones se centran en estudiar a aquellos casos “tipos ideales” que cubren casi completamente, su cuerpo de tatuajes, o por el contrario, como un fenómeno asociado a subculturas adolescentes; casos que hoy en día no corresponden con la masificación atarea, de género y estrato social que ésta práctica exhibe.

Si bien no existe consenso con respecto al origen de la palabra “tatuaje”. Etimológicamente, procede de la palabra “ta”, que en polinesio significa golpear, o de la antigua práctica de crear un tatuaje por medio del golpeteo de un hueso contra otro sobre la piel con el consiguiente sonido “tau-tau”. Ahora bien, la palabra latina para tatuaje se iguala con “estigma”, que como ya se señalara corresponde a una marca que produce un descrédito, pero además, bajo el contexto del tatuaje, se define como una marca hecha sobre la piel de un esclavo o criminal, con objeto de que éste visibilice su condición, y por ende pueda ser reconocido como tal. (Ganter, 2006).

La práctica del tatuaje tiene diversos usos y significados según sea su contexto y época histórica, sin embargo, en la mayoría de los casos, se asocia a un acontecimiento especial, un hito en la vida de quien lo lleva; de ahí que el tatuaje pueda entenderse como una práctica social ligada a ritos, formas o modas Según Dupey[i] (2005), el sentido del tatuaje a lo largo de la historia y en las distintas culturas es diferente. Pero la modificación del cuerpo como forma de construir la propia identidad es una constante.

Probablemente el tatuaje posee un desarrollo geográficamente difundido y temporalmente continuado. No obstante, el bajo interés mostrado por los historiadores de los siglos anteriores, desemboca en que se cuente con escasos registros acerca del origen de esta práctica. Los testimonios, más o menos documentados, se remontan a los primeros años del cristianismo[ii]. Los orígenes del tatuaje pueden estar vinculados con el descubrimiento de la pintura, esto debido a que existen restos arqueológicos que dan cuenta de la antigüedad del este arte corporal. El primero de ellos corresponde a Europa, lugar en que descubren estatuillas de figuras humanas con dibujos corporales del período Neolítico (Edad de Hielo, 8000 años A. de C.). En la cueva prehistórica de Aurignac, se encuentran pequeños huesos puntiagudos, que se hipotetiza, su uso como herramientas para tatuar.

En el año 1991 se descubre en Italia, un cuerpo congelado de alrededor de 5000 años de antigüedad (Edad de Bronce, 3000 A. de C.), que se estima, corresponde a un hombre de 45 50 años. El cuerpo presenta cincuenta tatuajes, con diseños de líneas y cruces sobre las vértebras lumbares, rodillas y tobillos; realizados por medio de la técnica de puntura.

El Tatuaje se vincula a la evolución política, social y cultural de los grupos sociales. En este sentido es posible afirmar que implica connotaciones sociológicas, antropológicas y psicológicas. Asimismo, el tatuaje presenta diferentes significados.

El significado mágico-religioso del tatuaje se relaciona con la creencia de que por medio de éste, se consigue la protección de los dioses. En Occidente tatuarse la imagen de un ser querido muerto, una cruz u otro símbolo alusivo a la muerte es una forma de invocar la protección del alma del fallecido. El significado terapéutico o curativo del tatuaje se vincula con la creencia que sirve para calmar dolores. La práctica de tatuarse líneas en las partes afectadas de dolores reumáticos, dolores de cabeza o sobre tumoraciones, se realiza desde la Edad de Bronce y, en la actualidad, se sigue realizando en lugares como Egipto y en tribus del Matto Grosso (Estado de Brasil).

Un tatuaje también puede entenderse como un signo de integración social cuando es realizado como una marca tribal, que da cuenta de la pertenencia a una determinada etnia o grupo social. O por el contrario, entenderse como elemento de distinción social, dando cuenta del estatus del sujeto que lo exhibe. Y en este sentido, el tatuaje nobiliario o real, es adecuado para ejemplificar lo señalado ya que este tipo de tatuajes sólo puede ser usado por personas nobles o de la realeza, y el significado otorgado incluye la jerarquía social, un significado caballeresco y heráldico o de carácter religioso. En los diseños del tatuaje nobiliario pueden encontrarse escudos de familia, estandartes, una espada, la imagen de San Jorge y el dragón[iii], una corona o una flor de lis, principalmente.

El tatuaje ornamental es uno de los más sencillos en tanto simbolísmo, ya que esencialmente, persigue la decoración y el adorno del cuerpo. No obstante, sus diseños son minuciosos y coloridos, como por ejemplo los tatuajes de la China, India y Japón. Ahora bien, la ornamentación del cuerpo mediante un tatuaje también se usa con fines erótico-sexuales, donde el tatuaje pasa a constituir un elemento afrodisíaco para seducir y atraer. En este sentido se señala que las prostitutas árabes, se tatúan flores o cruces en las mejillas y en los brazos para atraer a sus clientes.

En tanto pruebas de iniciación, el tatuaje constituye un ritual por el cual el iniciado transita de un estado a otro, para llegar a ser aceptado en el grupo; logra identificación con fuerzas celestiales o simplemente, constituye el pasaje a la adultez. También es común la utilización del tatuaje para celebrar triunfos en batalla o tras dar muerte a un enemigo. Esta costumbre se encuentra presente en América Central y el Matto Grosso. Dentro de este mismo contexto, para los Celtas, Pictos y Mayas, que el guerrero tenga un tatuaje intimida a los enemigos en el campo de batalla.

Si bien, por lo general el tatuaje se usa como una forma de identificación positiva, también tiene un pasado que lo significa como una marca discriminante negativa. En Grecia y Roma el tatuaje sirve como marca para distinguir a la servidumbre, entre los que se incluyen esclavos y sirvientes; constituyéndose en un signo de propiedad, dependencia y esclavitud. En Roma, Japón y China, el tatuaje identifica a los delincuentes. En la Alemania Nazi (1933-1945) el tatuaje tiene una doble significación y funcionalidad; por un lado se busca la identificación de los prisioneros y en el ámbito de la subjetividad, la humillación de éstos ya que la religión judía no está de acuerdo con llevar marcas en el cuerpo.

La Masificación del Tatuaje

Luego de que a comienzos del siglo XX se establecen los primeros estudios de tatuajes, en las principales ciudades de los Estados Unidos, la práctica del tatuaje evoluciona de manera significativa, tanto en sus técnicas de realización como en su perfil de consumidor. Ya que si bien, en sus inicios, el tatuaje se asocia con lo clandestino y más tarde con las subculturas juveniles, en la actualidad, y en el contexto de la sociedad de consumo, el tatuaje pasa a ser un objeto que se consume en distintos géneros, grupos etáreos y estratos socioeconómicos.

En los Estados Unidos, en el año 2003, uno de cada siete adultos, esto es, el 15% de los mayores de edad, tiene un tatuaje. A su vez, el 30% de quienes tienen entre 25 y 34 años y el 28% de los que están entre 18 y 25 años, tienen tatuajes. En el 2007, casi uno de cada cuatro norteamericanos ha grabado en su piel algún motivo, un porcentaje que se eleva al 36 % en el caso de los menores de 30 años. En México, se estima que por año, se tatúan cerca de 30.000 jóvenes; en cuanto a los tatuadores, se presume que hay más de 150.000, la mayoría operando clandestinamente. En Argentina durante el año 2003, más de la mitad de los tatuadores (más de 100 en condiciones legales), sostiene que desde 1999 al 2003, la demanda de tatuajes crece hasta un 500 %. Investigadoras de la “Universidad Nacional de Buenos Aires” (UBA), ratifican esta estadística. Asimismo, tatuadores concuerdan el señalar que el “cliente típico” se desperfila, y que ya no sólo incluye a personas jóvenes, sino que también es posible encontrar a personas mayores de 40 años, en busca de reafirmaciones de identidad, según manifiestan.

En Chile, si bien no existen cifras oficiales se estima que entre un 10% a un 16% de los jóvenes entre 12 y 18 años tienen tatuajes. En relación a la población en general, esta cifra oscila entre un 3% a 8%. Además, tatuadores agregan que, el arte de las transformaciones corporales se encuentra “profesionalizado”, antecedente que es posible de observar dado la creciente oferta de locales que, en la ciudad de Santiago se ubican estratégicamente en lugares con alta afluencia de público, esto es, la comuna de Santiago Centro, en calle Paseo Ahumada, la galería “Eurocentro”, y en la comuna de Providencia el “Portal Lyon”, ambos lugares íconos de la “cultura del tatuaje”, en la Región Metropolitana.

Alimentado por la cultura pop, movimientos underground y el mercado, en el último tiempo el arte dermográfico cobra la forma de un “fenómeno cultural” (Lara, 2006). Durante este mismo período, en la práctica del tatuaje se rompen las matrices de identidad y significación, llegando hoy en día a convertirse en una marca de consumo. Los medios de comunicación de masas no se oponen a este tipo de prácticas, sino que más bien las integra, difundiendo imágenes de artistas y personalidades triunfadoras, con tatuajes en diferentes partes del cuerpo; sustentando la idea de que el tatuaje en la actualidad es un objeto físico consumible integrado a la cultura hegemónica (Piña, 2003).

De lo anteriormente señalado, interesa poner de manifiesto que en la actualidad, el cuerpo se constituye en un nuevo soporte artístico de comunicación (Basualdo, 2005), y que el tatuaje como elemento constituyente de esta relación artística, pasa a instituirse en una práctica individual, vinculada a motivos particulares, modas y búsquedas de reafirmación personal.

Según Piña[iv] desde mediados de los ‘90, en la práctica del tatuaje se inician distintas matrices, algunas espontáneas y otras con significados específicos, como por ejemplo, el tatuaje prehispánico, el tribal, el biomecánico. Estos diferentes estilos se en encuentran avalados por el uso de herramientas especializadas para la realización de tatuajes.

La influencia de la era digital en la sociedad actual sobrepasa cualquier referencia en la historia de la información. El tatuaje no se encuentra ajeno a este fenómeno. En este sentido y dado la escasa información teórica existente en torno al tatuaje popularizado, Internet, a través de páginas web[v] de estudios de tatuadores, otorga información acerca de las tendencias actuales en los diseños del tatuaje. En base a lo que la mayor parte de las webs coinciden en señalar, en general, es posible distinguir cinco estilos de tatuaje: Americano (Old Style, Pin-up, New School), Tradicional, Japonés, Tribal y Personal (Custom). Artistas del tatuaje recomiendan no mezclar en una misma parte del cuerpo, tatuajes de diferentes estilos.

El “Estilo Americano” consta de diseños con la estética de los Estados Unidos de la década del ´50. Pin-ups, Cadillacs, dados, fuego, corazones y electrodomésticos de la época. Este tipo de tatuaje por lo general, utiliza dibujos no más grandes que la palma de la mano; además, para extender la zona tatuada combinan unos dibujos con otros.
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[i] Ana María Dupey, investigadora del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL), citada en Engler (2005). “Una Cuestión de Piel”. En Revista Neo, Mentes Curiosas. Disponible en: www.neo.uol.com.ar/edicion_005/nota_01.htm

[ii] Las fuentes utilizadas para construir la perspectiva histórica del tatuaje se basan en los datos aportados por Ganter (2006) “De Cuerpos, Tatuajes y Culturas Juveniles”. En Revista Científica Espacio Abierto, Vol. 15, nº 1 y 2 Cap. II, III y IV pp 430- 437. Disponible en www.redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/122/12215222.pdf y Gil; Costa (2004) “Disquisición Histórica sobre el Tatuaje” pp-13-35. Consejerìa de Sanidad, Dirección General de Ordenación, Evaluación e Investigación Sanitaria, Junio-2004.

[iii] San Jorge (275/280 al 303 D. de C.) soldado romano y santo cristiano. Según la leyenda, San Jorge libera a un pueblo de un Dragón que se apodera del agua y que como pago por ella exige sacrificios humanos. Su popularidad en la Edad Media lo lleva a convertirse en el protector de “los cruzados” en la conquista de Jerusalén (1099). Como “miles Christi”, es decir, “militar de Cristo”, se convierte en santo patrón de los caballeros y soldados.

[iv] Cupatitzio Piña (2003) “Cuerpos Posibles...Cuerpos Modificados. Modificaciones Corporales en Jóvenes Urbanos: Tatuajes y Perforaciones, citado en Gabino (2004). “Tatuajes, Mensaje de Divergencia que se Hace Indeleble de por Vida”. Diario La Jornada de Michoacán. 09.10.04. Disponible en: www.lajornadamichoacan.com.mx/2004/09/09/20n1con.html

[v] www.shatattoo.com/diccionario.php Sha Tattoo. España.

www.shop-tattoo.com/estilos-de-tatuaje.aspx Shop Tattoo- “Estilos de Tatuajes”.

EMOL (2002). Especiales Emol “Tatuajes y Piercings, Arte Corporal”. Diario El Mercurio Online. Disponible en: www.emol.com/especiales/tatuajes/multimedia.htm

Aquí un artículo escrito por la compañera Alejandra Lagunas, estudiante Licenciada de Sociología de la ULARE. En el presente nos relata el tema de los tatuajes y sus diferentes simbolismos en la cultura y como este nos identifica, léanlo, está bien bueno.