17-11-07

Introspectiva de un Egresado

Mi primera experiencia laboral relacionada con la sociología comenzó cuando realicé mi práctica profesional, creo que es la instancia crucial para poner a prueba lo aprendido como estudiante, como también, para detectar cuales son tus falencias o debilidades en lo que respecta a lo curricular.

Egresé el año 1999 y mi práctica la realicé el año 2000 en un departamento perteneciente a Carabineros de Chile. El principal requerimiento de la institución era apoyar a otros profesionales (psicólogo y asistente social) a optimizar el servicio que dicha dirección entregaba a la comunidad. Me inserté sin mayores inconvenientes.

Con el paso del tiempo detecté mis debilidades y mis fortalezas, todo esto amparada en la firme convicción que mis temores como “principiante” se disipaban al comprobar que la preparación académica que la universidad nos entrega es optima y nos permite desenvolvernos sin inconvenientes en el mundo laboral, tenemos buenos profesores en la escuela y las herramientas para trabajar a la par con cualquier otro profesional del área y enfrentar cualquier desafío. Sin duda la experiencia fue muy buena, aprendí mucho. Me licencie ese mismo año (2000).

Al año siguiente trabajé como encuestadora para una conocida Viña nacional, al cabo de tres meses pasé a formar parte del equipo multiprofesional de dicha viña, me familiaricé aun más con la sociología, nuestra función consistía en internalizar el vino en el mercado chileno, para lograr este objetivo realizamos estudios de investigación de marketing, focus group, análisis de datos, entre otras actividades.

Hasta ese momento no tenia claro cual seria la orientación que le daría a la sociología. Sólo me dejaba guiar por los requerimientos de la empresa.

Sin embargo, como ocurre con la generalidad de los compañeros de escuela, postergamos la titulación por diversas variables involucradas, entre las que destaco la económica, al igual como ocurrió en mi caso o simplemente nos dedicamos a finalizar otras tareas pendientes ¡Fatal error! El titulo es importante para lograr validar aun más el trabajo realizado. Aunque no es garantía de trabajo seguro o de éxito laboral, sin duda te otorga un respaldo importante.

Dejé de prestar servicios en la viña y el fantasma del desempleo comenzó a rondarme. Con mucha decepción me di cuenta que los méritos personales y profesionales, en ocasiones, no tienen tanto peso como las redes de contacto que puedas ir generando desde que eres estudiante, entre las que incluyo a profesores, alumnos titulados y otros profesionales que te puedan respaldar.

Comencé a rastrear compañeros titulados de años anteriores, algunos con trabajos estables y bien económicamente y otros con trabajos esporádicos disconformes con sus sueldos.

Esto fue determinante para comprender que la unión hace la fuerza, fue así como hace algunos meses con una ex compañera socióloga de esta universidad y otros profesionales más (de la U. de Chile, Arcis y la U. Católica) formamos “Societa consultores” nuestra carpeta de asistencias para el sector publico y privado incluye, estudios de marketing, de desarrollo organizacional, diagnósticos institucionales, capacitaciones, entre otros servicios.

Actualmente tengo claro que una vez que te has insertado en el mundo laboral es cuando recién logras definir tu especialidad como sociólogo.

Siempre he pensado que al titularte eres como un “maestro chasquilla” sabes de todo un poco, pero con el paso del tiempo es importante definirse en una especialidad, para así orientar tus lineamientos de acción futura. Tu preparación académica no termina cuando te titulas, sino que es solamente un paso, debes seguir especializándote. El mercado laboral está tan difícil y competitivo que el tema ahora va más allá de la eterna discusión de si “Eres profesional de universidad pública o privada"

Aquí un artículo que apareció en la primera Revista Anomia, en donde Lissette Díaz del Canto, Socióloga de la Universidad La República nos cuenta un poco de su experiencia laboral y nos demuestra que con esfuerzo y dedicación se pueden hacer cosas interesantes.

16-08-07

El Miedo en la Cultura

Pareciera ser de mal gusto comenzar a remembrar episodios o hechos que erizan los pelos y ponen la piel de gallina, pareciera ser que nadie quisiera reconocer la fragilidad de sus convicciones al enfrentar una palabra que todos conocen, pero que rápidamente evitan mencionar: “miedo”. El muy temido y respetado miedo está presente entre las líneas de los libros de la historia, una constante cultural presente en todo momento, lugar y espacio en la civilización judeo-cristiana, pero que muy poco se menciona. El miedo es rápido, fuerte, indeleble y florece con mucha facilidad en terrenos vírgenes en los cuales nunca se ha cultivado nada más.

Hacia fines del siglo VIII aparecieron por primera vez ante la cristiandad occidental los paganos e indómitos vikingos. Durante los doscientos años siguientes, en las iglesias europeas resonaba la oración: “Líbranos, oh Señor de la furia de los nórdicos”, que reflejaba el terror despertado por aquellos primitivos daneses, suecos y noruegos. Europa configuró una y otra vez su mapa en base a invasiones, guerras y tratados que tenían un gran poder para infundir el terror en bastas poblaciones y así congregarlos alrededor de causas comunes y espacios físicos. Posteriormente vinieron las pestes, las enfermedades, los reyes déspotas, los desastres naturales y más guerras que traían consigo nuevas formas de terror.

La religión siempre ha mantenido una relación especial con el miedo. El primer intento racional, intelectual llevado por el hombre para la comprensión de su entorno fue dado de la mano de la religión, incluso tal vez de la magia. Intentar explicar un mundo desconocido, hostil, incierto, en una palabra: tenebroso, no debió ser tarea fácil si se hubiera sido riguroso en las explicaciones y las relaciones lógicas que estas guardaban, pero al tener en cuenta al temor, al miedo como denominador común todo debió resultar más expedito. Si hay algo que aglutina la religión es simplemente temor, terror…miedo al castigo de los dioses, a las tentaciones de los demonios, a la acción de los herejes, a la perdida del alma, etc, etc. La incapacidad del hombre para asumir su soledad y desamparo en este mundo, y por ende, la perdida del temor a ello ha sido fundamental en la conformación de un sin número de creaciones y aspiraciones culturales.

Los hombres, desprovistos de herramientas científicas que les permitieran una parcial, pero razonable comprensión del mundo, tuvieron que recurrir a explicaciones sobrenaturales para hacer más llevadera su existencia en la tierra, existencia que sería muy difícil sin tener la certeza de algo, de que hay algo precedido por un orden universal, algo que cobra sentido en nuestras vidas y asigna valor a las mismas. Vivir en la incertidumbre, en la duda y en la falta de seguridad siempre ha sido insoportable para la mayoría de los hombres, es por eso que siempre, en especial los occidentales, necesitan comprenderlo todo, crear ideas, nociones, creencias que hagan más pasable una vida marcada por la falta de trascendencia. En un comienzo las explicaciones religiosas y el nacimiento de las deidades mantenían una directa relación con los desastres y acontecimientos naturales, una buena cosecha era sinónimo de un dios satisfecho, un aluvión era signo evidente de la molestia de los dioses. Los dioses encarnaban así todas las fuerzas de la naturaleza, para bien o para mal representaban la escasa influencia y poder que se tenía sobre ella y era así como cobraban su fuerza.

Hoy en día, las invasiones militares, no son pan de cada día como lo eran durante la expansión del imperio romano. Hoy las conquistas no se hacen necesariamente por el medio de las armas, se hacen de forma comercial y cultural, resultando más practicas, económicas y aceptables. Siglos atrás el hombre, más que lidiar consigo mismo y las consecuencias de sus propias acciones culturales como lo hace hoy en día, tenía que lidiar con una hostil e inhóspita naturaleza que no lo recibía con los brazos abiertos ni le regalaba caricias como si fuera su criatura predilecta. La vida durante la edad media, antes que ella e incluso no hace mucho tiempo era mucho más dura, marcada por mayores dolores y perdidas, no por grandes dichas ni épocas de esplendor cultural o económico. El desempleo, los beneficios, el ahorro, la rentabilidad son preocupaciones actuales que traen consigo sus respectivos temores; la perdida del sustento, del nivel de vida, del estatus socio-económico, el cambio de vida. Siglos atrás el empleo no era una preocupación, si lo eran las pestes y las enfermedades que podían ser transmitidas por foráneos, extranjeros y gente extraña. Las personas se encerraban en feudos tratando de alejar todos aquellos males que tanto temían. Si una peste llegaba a entrar en contacto con ellos lo más probable es que gran parte de la población muriera, no era simplemente una baja en el nivel de vida que se llevaba, sencillamente significaba la muerte y frente a eso no se podía hacer nada, ya que no existía un extendido desarrollo de la ciencia que entregara conocimientos, ni medicinas que sirvieran para luchar contra esas enfermedades. La vida resultaba ser más sombría, dura y corta, aquellos que por cuna no conseguían gozar de los privilegios que harían sus vidas más gratas y ricas, difícilmente llegarían a conocer algo más claro que no fuera la miseria, pese a esto, la conciencia de aquello resultaba más escasa sin un punto de comparación y aun más cuando las diferencias sociales estaban marcadas por la tradición y por ende, no se cuestionaban. Es de entenderse por todo esto que el miedo en la edad media o incluso en todo tiempo antes de la modernidad tuviera una conexión más cercana a la naturalaza con la cual se tenía que lidiar en vez de conectarse con las condiciones culturales creadas por el hombre para su propio beneficio, pero que usualmente conllevan costos mayores y, además producen un peligro aun mayor. Es de entenderse también que la producción cultural y material del hombre en el comienzo de su historia estuvo marcada no por el goce y la búsqueda de placer inmediato como resulta ser ahora la cultura hedonista occidental, sino que estuvo marcada por un utilitarismo que ayudaba a enfrentar las inmediatas amenazas que la naturaleza presentaba. La producción material estaba ceñida a las necesidades inmediatas que los hombres afrontaban, y no a los placeres culturalmente moldeados, que si bien tienen una demanda de inmediatez, no son imprescindibles para la continuidad de la vida.

El miedo siempre va acompañado a la probabilidad de pérdida, a la posibilidad de perder algo valioso, llámese vida, posesiones materiales, dinero, seres queridos, estatus, etc., etc. El temor siempre incluye la noción de riesgo. Las cuestiones que influyen más miedo entre las personas son aquellas que tienen una mayor probabilidad de perdida asociada, y más aun cuando las pérdidas son irreparables resultando de esto la muerte lo que concita mayores miedos. Anthony Giddens trata el tema de los riesgos en la cultura en su libro “un mundo desbocado” y considera que el vocablo riesgo no existía en la Edad Media, ni existía en las culturas tradicionales. Considera que la idea de riesgo aparece en los siglos XVI y XVII y fue acuñada por los exploradores occidentales cuando realizaban sus viajes hacia tierras lejanas alrededor del mundo. Más tarde la palabra se traslado a la banca para tomar una nueva forma en relación al cálculo de las perdidas e ingresos producto de las inversiones y prestamos. Después el uso de la palabra se diversifico mucho más llegando a todas las acepciones y utilidades que le concedemos hoy en día. Pese a lo plantado por Giddens la noción de riesgo existía con anterioridad a los siglos que señala Giddens, la noción de riesgo ya existía en el siglo XIII y es recogida por Tomas de Aquino en su Summa Theologica. En esa obra se tratan varios campos relativos a la doctrina cristiana, pero lo que nos resulta de interés es la defensa que hace de las prácticas usureras.

La usura ya era extendida en esos tiempos, pero todos los argumentos morales, bíblicos y filosóficos se pronunciaban en contra de ella. Tomas de Aquino explica en un comienzo del porque la usura es mala e injusta, porque exige la devolución de algo que no existió, es decir, el interés de un préstamo. Para él, ningún vendedor tiene derecho a recibir más del equivalente exacto de lo que ha dado. Tomas de Aquino conviene en que el vendedor del dinero, o sea el usurero, puede sufrir un daño a causa de la perdida del dinero que prestó, puede verse privado de los goces que la conservación de dicho dinero le hubieran significado. Por este daño o por la posibilidad de la ocurrencia de él se debe pagar una compensación, lo cual no significaría usura. Dice que contrariamente al usurero, el que comparte el riesgo de la empresa conserva la propiedad de su capital mediante su participación en el negocio.

El punto en común que tienen la apología de la usura por parte de Tomas de Aquino y la noción de riesgo de Anthony Giddens es que las ideas de probabilidad e incertidumbre incorporadas. El invertir en algo conlleva cierto ciertas probabilidades de perder y he ahí el riesgo en si. Si todas las cosas fueran totalmente seguras, no existiría realmente el riesgo. Giddens considera que las culturas tradicionales no manejaban un concepto claro de riesgo, porque no lo necesitaban. El riesgo no es lo mismo al peligro o la amenaza, según el autor, el riesgo se refiere a peligros que analizan activamente en relación a posibilidades futuras y solo alcanza su real extensión la palabra en las sociedades orientadas hacia el futuro, aquellas sociedades que construyen sobre la base de lo que será el mañana o lo que se espera que sea, como lo son las sociedades industriales modernas. Seguramente las sociedades tradicionales, a diferencia de las modernas, no manejaban bien el concepto debido a que no se proyectaban hacia el futuro, vivían el día a día y no tomaban en consideración el futuro, pues la sociedad en si era bien estática y los tiempos no eran considerados en base a los cambios que se habían inducido en ellos por intervención y modificación humana, sino por la ingerencia e interferencia que había tenido la naturaleza en aquellos tiempos (tómese el ejemplo de la erupción del volcán Vesubio en el año 79 D.C. aprox.). No podía existir una idea de riesgo, sino había una base real sobre la cual construirla. La vida en aquellos tiempos podía resultar tan dura que amanecer otro era causa suficiente de dicha y conformidad.

Ahora, consideremos a una sociedad capitalista post industrial marcada por la visión de futuro, de inversión, prestamos, ganancias y pérdidas. Podemos ver claramente que es una sociedad en la cual la idea de riesgo está profundamente enraizada y se diferencia diametralmente del resto de las sociedades por lo mismo. El riesgo es algo característico del capitalismo, y lo peligroso de ello es que tanto las perdidas como las ganancias pueden significar altos costos en términos ambientales y humanos para todos. Pensemos en los seguros, en la medicina, en la educación, en las familias, en los sistemas de previsión; todos los planes que se forman en relación de ellos son hechos en consideración de lo que se espera que puedan entregar en el futuro, se forman pensando en lo que podrán constituir en el futuro con un cierto margen de error y riesgo. Resulta curioso pensar en esto, puesto que todas las empresas que se emprenden, desde los primeros años hasta que se planean los últimos días de nuestras vidas están hechos sobre la ilusoria consideración de lo que esperamos de ellos, ignorando de paso el presente en el cual se vive, debido a que se piensa insistentemente en el mañana y sacrificando el presente como un medio para llegar a ese futuro hermoso, ordenado y ya proyectado.

Giddens complementa sus ideas sobre el riesgo con la noción del seguro, debido que para él es la base sobre la cual las personas estarían dispuestas a asumir ciertos riesgos. El seguro solo es concebible donde se cree en un futuro diseñado por los hombres, un futuro sobre el cual se tiene cierto control. Es uno de los medios para ejecutar ese proyecto, proporciona seguridad al traspasar el riesgo de una persona a una entidad aseguradora a cambio de una cierta cantidad de dinero, distribuyéndose así el miedo y la responsabilidad que riesgo trae consigo. El intercambio y transferencia de riesgos para Giddens no es un rasgo accidental en una economía capitalista. El capitalismo, para él, es impensable e inviable sin ellos.

Si enmarcamos lógicamente dentro de la globalización y el dominio del capitalismo que trae consigo, cada acción ejecutada por un ser humano dentro de este sistema global conlleva un grado de riesgo directo y si no es así, repercute de forma indirecta creando o ayudando a fomentar un riesgo mayor en otro lado. Tomemos el ejemplo del simple acto de botar la basura. A simple vista tal acción no contempla ningún riesgo, ya que botar un papel a la basura no significa peligro alguno. Sin embargo, la excesiva acumulación de deshechos y la falta de su reutilización y reciclaje conllevan un riesgo mayor e indirecto para todos los humanos. Entonces cada acción, cada acto encuentra a su efecto, en especial en este sistema globalizado donde una crisis económica en Asia, un alza en el precio del petróleo en Arabia Saudita repercuten directamente en las economías de la región en un efecto domino del cual nadie parece escaparse. En un mundo en el cual cada actividad está tipificada como un medio propicio para el goce de algo en el futuro, no puede si no existir una profunda sensación de miedo relacionada al riesgo que trae consigo la ejecución de “acciones futuristas“. La solución ante esto no parece ser refugiarse en el presente, ya que el presente fue ayer, ya paso, no parece existir una real concepción de lo que es el presente debido a que se descompone a medida que el segundero hace su trabajo con gran diligencia. Por lo tanto, tenemos una cultura marcada por la constante incertidumbre del futuro y la inexistencia de un presente sobre el cual afirmar los pies con seguridad.

El panorama no parece mejorar de ninguna forma, al contrario, cada día las personas toman mayor conciencia sobre todos los riesgos que les rodean y el escaso dominio que se tiene sobre ellos. El miedo a una crisis económica, la sola especulación de ella puede desatar catástrofes económicas dejando a miles de personas en las calles, empresas, aseguradoras quebradas, el miedo a las nuevas tecnologías aplicadas a los alimentos ya hacen mirar dos veces los alimentos en los supermercados antes de comprarlos, el calentamiento global y todos los efectos que tiene sobre nuestras vidas; temperaturas extremas en épocas del año que no corresponden, lluvias y sequías prolongadas que afectan el cultivo de alimentos, la aparición de huracanes, tifones, etc. Todo ello viene a contribuir a la proliferación de miedos y temores tanto a lo que la naturaleza nos depara como a lo que nosotros le entregamos a ella. Miedos que en tiempos pasados eran controlados o aminorados por la tradición y las costumbres que mantenían a la gente ocupada y tranquila. Pero hoy ya no es así, nos encontramos en una sociedad de constante cambio cultural, pero nunca económico, en una sociedad mutable e invertebrada, pero que se niega a tomar una forma clara, definida y que juega constantemente con las cartas del futuro, una sociedad que lo único que hace bien es romper con su pasado el que mira con cierto desprecio irrisorio considerando todo lo viejo como retrogrado e inútil.

El miedo, de gran valor comercial se incorpora al mercado con suma rapidez dando trabajo a miles de personas. Ejércitos enteros se han formado con la sola amenaza de una posible invasión, policías, doctores, psicólogos, etc., etc. todos ellos están al servicio de este rentable concepto llamado miedo. Las fobias, las ansiedades, el estrés aumentan y las consultas de psiquiatras y psicólogos adquieren una cartera de clientes constantes, quienes dentro de todo tal vez no van en busca de una solución real de sus problemas, ya que en muchos casos eso pasaría por ellos mismos y prefieren así recurrir a un especialista que ya no importa que les soluciona el problema o no, tan solo requieren que les adormezcan sus dolencias y dolores por momentos de manera tal que puedan retomar el ritmo de sus vidas y carreras para así hacer frente al futuro incierto reduciendo al mínimo sus posibilidades de riesgo. Las constructoras privadas encuentran un atractivo mercado construyendo más cárceles para recluir a todo aquel que ose romper con el imperio de la ley, también lo hacen las inmobiliarias con sus barrios más seguros, las empresas de seguridad privada que surten a las inmobiliarias, los sistemas de vigilancia, etc., etc. Se crea todo un aparátale tecnológico que intente controlar el miedo o por lo menos mantenerlo en un nivel manejable. Ahora es cuando se pone el énfasis en las soluciones que la tecnología puede prestar a nuestras inquietudes y miedos, ya que la tradición ha sido lo suficientemente vapuleada para perder todo derecho a voz y a voto.

Hobbes define la esencia del estado de la siguiente manera: “una persona de cuyos actos una gran multitud, por pactos mutuos, realizados entre si, ha sido instituida por cada uno como autor, al objeto de que pueda utilizar la fortaleza y medios de todos, como lo juzgue oportuno, para asegurar la paz y defensa común”. Tenemos así que el estado es un hombre artificial más grande, fuerte y mejor constituido debido a su racional concepción. Sin embargo, podemos ver a la luz de este autor que la motivación principal para la constitución del Estado o Leviatán es el temor a la agresión y a la perdida de vida como consecuencia de la guerra en el estado de naturaleza. ¿Es este Estado un hombre robusto o un chiquillo temeroso que se construyó a si mismo porque tenía miedo a quedarse solo en un estado de naturaleza, expuesto a los peligros del ambiente circundante? Si la sociedad-Estado es un hombre más grande y vigoroso y la generalidad de los hombres son profusamente cobardes y temerosos, ¿No es la sociedad en si un estado de perpetuo temor y agonía extenuante? Y si nacemos y morimos dentro de estas sociedades ya constituidas sobre timoratas bases, además de no tener ningún poder o muy escaso sobre ellas, ¿por qué resulta tan extraño y lejano el concepto del miedo, siendo que es una parte fundamental de las mismas?

Creador de grandes consensos y conflictos, el miedo tiende a imponerse cuando no se le comprende y se le toma en consideración, su comprensión y aceptación es vital para un mejor desempeño de la sociedad en general y las relaciones que iniciamos día a día, sin él no existe un freno que detenga las interminables pasiones humanas, sin él las barreras de la razón como lo puede ser la prudencia tienden a debilitarse y desaparecer dando cabida a todo tipo de acciones temerarias que pueden resultar desastrosas para el mundo entero. El miedo es en si una fuerza vital presente en toda época, todo tiempo y toda historia que alienta los hombres a emprender determinas acciones y empresas y les advierte, prohíbe de intentar otras tantas. El miedo no debe ser ignorado ni temido, como bien suele serlo, si no que debe estudiársele de tal forma que nos permitan disipar nuestros miedos más infundados y conservar aquellos que nos mantienen cercanos a la sensatez y a la razón. Después de todo…algunos de nosotros somos seres razonables, y nos quedan razonables dudas de ello….

Este texto fue escrito por Juan Francisco Mason, estudiante de Sociología de la ULARE, y apareció en la primera edición de la revista Anomia (revista de los estudiantes de Sociología). Es un muy buen artículo que relata ciertas particularidades de hoy en día con respecto a la Cultura, léanlo y comenten.

02-08-07

Economía y Trabajo

¿Verdadera Revolución o Demagogia Rentable?

Tanto propagandas políticas como discursos populares clamaban por un cambio en la estructura de organización social de nuestro país, sin saber o tener conciencia que dicho cambio tan anhelado ya había ocurrido; más aun este cambio aparecería como el principal factor explicativo de la estructura social sobre la que se desenvuelve hoy nuestra nación.

Particularmente en Chile, el mencionado cambio estructural tiene que ver directamente con la novedosa transformación de la plataforma económica y su consecuente efecto en el mercado del trabajo, desde la cual emergen los nuevos principios de estructuración de la sociedad chilena, principios que giran en torno a dos focos: el primero es la trascendencia del mercado como principal mecanismo de coordinación social y el segundo es el proceso particular que adquiere la individualización como trayectoria vital de los individuos.

Si atendemos a la postura más radical, podremos decir que son los individuos en sus decisiones racionales respecto a la observancia de los sistemas de precios, los que pueden generar el bienestar social. Manifestación de ello es que la sociedad chilena funciona descolectivisadamente, fuera de mecanismos asociativos, el individuo funciona solo, tratando de insertarse en los mercados. Más aun, el propio mercado del trabajo se plantea como un mercado de bienes cualquiera, donde en conjunto con la incorporación de las trayectorias vitales del individuo se anexan los principios de incertidumbre, demanda y volatilidad de todo mercado. Este hecho induce finalmente a que todas las relaciones laborales estén condicionadas a cómo la economía se fracciona bajo esta perspectiva.

Como consecuencia directamente práctica de esta situación, encontramos a las PYMES funcionando al margen de la economía (la concentración de la riqueza es radical); la nueva economía demanda profesionales competentes con alto grado de conocimiento y manejo técnico para sustentar el mercado del trabajo, situación que se contrapone a la realidad de la educación chilena. Los nuevos parámetros del comportamiento laboral generan una alta proporción de creación como de destrucción del empleo.

Si extrapolamos esta situación a la historia social reciente de nuestro país, vemos que el mercado pasa a ser parte fundamental de los individuos, organiza sus vidas y les da sentido, les entrega las posibilidades de acceder a la estructura de oportunidades con una serie de servicios que mejoran su calidad de vida y que al mismo tiempo los enajenan al definir una relación dependiente de ellos. La individualización es evidente, tanto así que la misma estructura social la fomenta al organizar las posibilidades del individuo en una serie de entidades (la mayoría privadas) que ofrecen salud, educación, recreación y éxito a cambio de quien acumule más trabajo en sus bolsillos. El desvanecimiento del estado-bienestar exterioriza la decisión y las opciones a los criterios individuales. La misma competencia bancaria y de AFPs, ofreciendo variados porcentajes de rentabilidad se desviven por captar el capital de algún aturdido sujeto, que en el peor de los casos concentra el fruto de su trabajo en una institución de disímiles propósitos (basta ver la prensa y revisar casos como Inverlink o Eurolatina) y que por demás al representar él una insignificante unidad productiva se resuelve ajeno tanto a las decisiones sobre el mercado que compone como a la justicia que por derecho requiere y termina por carecer.

Por otro lado, la nueva tónica de los mercados laborales se refleja en una seudo flexibilidad laboral, que reprime a los individuos con un sueldo mínimo inconsistente a las necesidades actuales y presiona sus conciencias al conformarse con total incertidumbre sobre su continuidad. Incluso los mismos contratos laborales presentan el beneficioso carácter de renovables, lo que da total potestad al empleador de prescindir de las labores del empleado sin previo aviso, dejándolo a la deriva argumentando ´´necesidades de la empresa``.

Asimismo, la poca o casi nula participación de las pequeñas unidades productivas es evidente, la voraz severidad de la estructura de mercado las consume (ya algo de eso se hizo patente con los conflictos del azúcar y la leche en el sur tiempo atrás). Esta marginalidad económica se extiende conformado verdaderas subculturas del empleo informal, las que se alimentan de los despojos de un desigual y desequilibrado sistema educativo y redistributivo, donde instrumentos como el Simce mostraban meses atrás avismantes resultados (aunque, bien o mal, la reforma educativa es un intento por sanear este tema, sus resultados aun no son visibles). Todo esto seguiría aportando a los índices de desempleo y restringiendo los de crecimiento.

Con todo, la aparente desventaja de la gran población ubicada en los sectores medios y bajos de la producción, se confirma con un universo simbólico de sindicalismo totalmente desfasado y desarticulado. El nuevo componente laboral distanciado a aquella masa obrera de los tiempos del socialismo, sumado al nuevo contexto valorativo de los trabajos ejecutivos -con una preponderante apelación a la responsabilidad individual- desarticula cualquier intento colectivo de enfrentarse a un mercado que parece desechar cíclicamente elementos bajo la lógica de un ejercito de reserva, la misma CUT fue objeto de este fenómeno en su desmembrada convocatoria a paro meses atrás.

Desde una perspectiva más ideológica vemos que existe un grupo nuevo de trabajo, una fuerza más heterogénea que valora el trabajo como un instrumento y no como una vocación de auto-realización profesional, en términos marxistas, los grupos laborales han involucionado a estados de deshumanización tanto por un proceso antropológico de individuación como de los factores asociados a la propia naturaleza estructural del sistema laboral vigente; así vemos como el mercado educativo superior ha sido saturado de carreras que ofrecen altos ingresos (las que por demás obtienen alta cantidad de matriculas) sin exponer, convenientemente, la realidad del mercado laboral. Años atrás presenciamos el cierre de algunos Institutos que cayeron en esta inconsistencia ética, donde se lanzaba indiscriminadamente a sus alumnos, con título en mano, al directo desempleo estructural.

De esta forma encontramos que el mercado está dominado por grupos de interés, que promueven normas y pautas que regulan y definen las relaciones de intercambio; actuando bajo un criterio instrumental y una seudo moral de responsabilidad individual, han adoptado un modelo conceptual falto de instituciones que lo sustenten consecuentemente a las posibilidades de toda la población, llevando (como dice Bourdeau) la utopía –radical- a la práctica.

Sin duda, es necesario reconstruir una epistemología para conocer las nuevas y variables estructuras de los mercados del trabajo, contextualizando los que algunos autores describen como un cambio de época, la que quizás y por todo lo dicho anteriormente, este llegando a su fin.

Texto escrito por Roy Díaz, estudiante de Sociología de la ULARE, léanlo y comenten.

10-07-07

El Sindicalismo Siguiendo el Camino de la Modernización

En Busca de Concertación y de Nuevos Instrumentos de Protección, el Sindicalismo Chileno se Construye una Nueva Identidad

Históricamente, los sindicatos han aspirado a representar los intereses de un grupo socialmente diferenciado, con una cierta identidad y valores propios. Este tiene por objetivo, entre otros, asumir la representación y legítima defensa de sus asociados, así como promover los intereses económicos, sociales y culturales de los mismos.

El sindicalismo representa, esencialmente, el punto de vista del productor frente al dueño de los medios de producción y frente al consumidor, en lo concerniente a la reforma del trabajo actual, a la organización de la industria, y no solamente en la pretensión de obtener mayores salarios, sino también por una reivindicación social.

El modelo de crecimiento “hacia adentro” o sustitución de importaciones implantado en la mayoría de los países latinoamericanos a partir de la década de los treinta, impulsó la industrialización y el mercado interno, y con ello favoreció el surgimiento de la clase obrera y de sus organizaciones sindicales. Estas últimas tuvieron un peso y una influencia significativa en la configuración del sistema económico, social y político. Esto lo lograron no sólo gracias a sus niveles crecientes de organización y sus luchas, sino también gracias a sus aliados, los que fueron, sobre todo, los partidos políticos. Ciertamente que estas modalidades de ejercer influencia y de articularse con los mediadores dio resultado en la organización, ideología y formas de acción del sindicalismo. Repercutieron de manera diferenciada, impregnando en uno u otro sentido al movimiento sindical.

Este modelo de desarrollo “hacia adentro”, permitió el surgimiento de, por lo menos, tres tendencias sindicales con distintas ideologías, orientaciones, programas, formas de organización, de lucha y acción.

Primero se encontraba el sindicalismo de clase, en segundo lugar, el sindicalismo populista, y la tercera tendencia corresponde al llamado sindicalismo libre, que en Chile se denominó gremialismo; lo que en la década de los 80 y 90 se redefinió como sindicalismo de mercado.

Pero este panorama cambió, cuando el modelo sustitutivo de importaciones entró en crisis, lo cual arrastró consigo las formas de representación sindical que coexistieron y se desarrollaron bajo el imperio de dicho paradigma. De esta manera, los cambios estructurales que afectaron a las sociedades latinoamericanas en la década de los ochenta y que se prolongaron hasta los 90, influyeron profundamente en las organizaciones de los trabajadores y en la acción sindical.

La acción sindical en Chile esta marcada por fechas de gran importancia. En 1973, fue el año en que cambiaron radicalmente todas las dimensiones (políticas, económicas y legales), incluyendo al área laboral. En el año 1982, sobrevino la crisis económica recesiva provocada por el excesivo endeudamiento de la economía chilena. En 1988, se viven los momentos de cambio en el contexto político, tras la derrota de Pinochet en el plebiscito y el advenimiento del régimen democrático. Y los años 1991 y 1992, son los primeros años de democracia, identificados en lo laboral por ciertas reformas legales y por la voluntad política para impulsar la concertación entre el gobierno, los empresarios y los trabajadores. Son estos algunos de los contextos, que influyeron profundamente en los movimientos sindicales.

Los cambios objetivos que experimenta el mercado del trabajo están impactando fuertemente en la subjetividad de los trabajadores. La desaparición del empleo estable o de por vida, la estabilidad laboral como un fin social a proteger, la vida más efímera de las empresas, la atomización de las mismas, la fuerte variabilidad que experimentan los ingresos, el desplazamiento físico de los lugares de trabajo, la temporalidad y precariedad de los empleos; inciden fuertemente en los trabajadores. Además, modifica la priorización de sus demandas y expectativas.

El movimiento sindical del colegio de profesores, pertenece a la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), es de carácter autónomo, y está guiado por el sentido de la reivindicación salarial y profesional. Este sindicato, integra a la Asociación Latinoamericana de Educación, como también la Asociación Mundial de Educadores. Éstas, proponen construir y sistematizar un conocimiento sobre el sindicalismo docente en la región, en el convencimiento de que ello será un aporte, a favor del mejoramiento de nuestros sistemas educativos.

Según Adolfo Antipan, el Movimiento Sindical del Colegio de Profesores de Chile se ha planteado como objetivo unificar los criterios y planteamientos, a fin de hacer aportes en relación al tema de la educación, y postularse como conocedores, sabedores de las necesidades educacionales del país y por ende, marcar presencia en este sentido.

Este movimiento ha venido lidiando con diferentes grupos partidistas que existen en el país, cuyo interés ha sido utilizarlos para sus fines políticos, teniendo una visión sesgada de lo que es la educación. Careciendo, además, del eje central de lo que el gremio de profesores quiere hacer, que es atender a una demanda fuerte, relacionada con una educación pública de calidad y con acceso para todos.

Adolfo Antipan, considera que el Estado es el encargado de entregar la educación tomando en cuenta la situación geográfica del país, los distintos habitantes, sus costumbres y concepciones de la vida, lo que hace necesario que haya un patrón cultural que los dirija. Por lo tanto, lo que se exige es que el Estado es quien sostenga la educación, que participe y determine las políticas educativas y no sean los grupos económicos dominantes de la sociedad de hoy los que las determinen.

Esta organización gremial, se encuentra en un constante diálogo con el Ministerio de Educación en relación a lo que significa la integración de los niños en Chile, representando los intereses de los profesores, pero también, exigiendo ser partícipes de los cambios que se implementen cuando se planifiquen las políticas educacionales.

El proyecto « Sindicalismo Docente y Reforma Educativa en América Latina », se propone construir y sistematizar un conocimiento sobre el sindicalismo docente en la región. Lo que promueve esta organización sindical es la defensa de la educación pública, para así hacer visible la realidad educacional de América Latina. Además, ir generando un mayor espacio para la integración y reconstrucción de una fuerza social, que sea capaz de disputar la codirección del proceso de globalización, a fin de modificar el actual modelo en desarrollo, introduciéndole dimensiones más justas y humanas.

Es importante destacar, que el actual escenario neoliberal no es él más apto para el desarrollo de los movimientos sindicales, generando más bien un receso de los sindicatos que un crecimiento de ellos. Ante la ola de cambios que históricamente han sufrido los sindicatos (legal, político, económico y cultural), se han visto obligados para seguir funcionando, a cambiar su lógica de acción sindical, pasando del conflictivismo hacia la concertación. Cambio que pone en juego muchos elementos arraigados en la tradición e historia sindical: la delimitación de los intereses particulares, la noción de conflicto y de negociación, y el papel de las alianzas. En suma, la misma identidad del sindicato se pone en juego.

Por lo tanto, mas allá del propio vigor que puedan tener las fuerza sindicales, ya no es desde la oposición al sistema donde se va construyendo un proyecto unitario, de integración e identidad, sino más bien a través del camino de la concertación social con el gobierno y los empresarios. Lo que llevaría a nuevos tipos de organización para mejorar la representatividad y reconstituir la identidad de sindicato en sectores estratégicos como fuentes de poder.

Ahora, es importante partir preguntándose ¿La actual forma de organización de los trabajadores es capaz de enfrentar eficientemente la explotación empresarial? Esta pregunta, representa una de las tantas interrogantes que nos hacemos hoy en día en la era del neoliberalismo. Sistema que junto a la apertura económica al mercado internacional, acompañada por una legislación laboral débil y la privatización de las empresas estatales, han debilitado la acción sindical.

Por lo tanto frente a este contexto, el sindicalismo tiene como único camino gestionar la modernización para ser capaz de hacer propuestas sobre el Estado, el mercado y la lógica de las relaciones sociales. Y para esto, tiene que contribuir a la creación de una concertación social con el gobierno y los empresarios, pero al mismo tiempo tratar de impulsar un cambio, principalmente en el plano de las relaciones laborales de la empresa.

En este nuevo marco en que se inserta el sindicalismo actual, la pregunta de fondo es ¿Tenderá el sindicato a ser una reliquia que desaparecerá paulatinamente por no ser relevante?. Ojala que no, ya que el sindicalismo hay que considerarlo, mas que un fenómeno estructural sin salida, más bien como un desafío, donde deberá asumir los nuevos temas: el empleo flexible, las nuevas tecnologías que impactan sobre el empleo, la calificación, la salud y seguridad, el salario, la organización del trabajo, la organización sindical y la conexión entre movimientos económicos y culturales. Desarrollando al mismo tiempo, nuevas lógicas de acción y nuevos procesos de construcción de identidad.

Notes:

Véase Neoliberalismo y Movimiento de los Trabajadores (Colección CLAT), y Democracia sin Movimiento Social (Michaela Hellman).


Esta ficha fue realizada en el marco del desarrollo de la alianza metodológica ESPIRAL, Escritores Públicos para la Integración Regional en América Latina.

Entrevista a ANTIPAN PILQUINAO, Adolfo, profesor de educación diferencial y dirigente del Colegio de profesores de Chile. Integrante del nuevo movimiento denominado: Fuerza Social y Democrática.


Este artículo fue escrito por la compañera Karla Urzúa de Sociología y está enmarcado en el tema de identidad e integración chilena, léanlo y critiquen.

09-06-07

Política y Postmodernidad

Una Realidad en una Sociedad de Incertidumbres

Tanto propagandas políticas como discursos populares clamaban por un cambio en la estructura de organización social de nuestro país, sin saber o tener conciencia que dicho cambio tan anhelado ya había ocurrido; más aun este cambio aparecería como el principal factor explicativo de la estructura social sobre la que se desenvuelve hoy nuestra nación.

Con la caída del muro de Berlín y el término de los socialismos reales, la ideología sobreviviente se expande por todo el mundo apoyada en el proceso de globalización, el cual materializa el símbolo más visible de dicha ideología: la teoría del liberalismo clásico resurgida como neoliberalismo expansivo y generador de un gran mercado mundial del que todos los países son participes quiéranlo o no.

Particularmente en Chile, el mencionado cambio estructural tiene que ver directamente con la novedosa transformación de la plataforma económica y su consecuente efecto en el mercado del trabajo, desde la cual emergen los nuevos principios de estructuración de la sociedad chilena, principios que giran en torno a dos focos: el primero es la trascendencia del mercado como principal mecanismo de coordinación social y el segundo es el proceso particular que adquiere la individualización como trayectoria vital de los individuos.

Manifestación de ello es que la sociedad funciona fuera de mecanismos asociativos, el individuo funciona solo, tratando de insertarse en los mercados. Más aun, el propio mercado del trabajo se plantea como un mercado de bienes cualquiera, donde en conjunto con la incorporación de las trayectorias vitales del individuo se anexan los principios de incertidumbre, demanda y volatilidad de todo mercado. Este hecho induce finalmente a que todas las relaciones laborales estén condicionadas a cómo la economía se fracciona bajo esta perspectiva.

En esta mixtura de matices que caracterizan nuestra cultura, uno de los aspectos transversales a todo momento histórico por los que hemos atravesado, es el quehacer político de cada país en sus distintos procesos de consolidación civil y gubernamental.

Sin embargo, particularmente en los últimos 20 años hemos asistido a procesos simultáneos de globalización, internalización, homogeneización e información constantes, que han influido de alguna manera en las dinámicas sociales de nuestra nación.

Específicamente, uno de los fenómenos que se destacan en la actualidad son los relacionados con el ámbito político, particularmente la crisis de la política respecto a su falta de convocatoria en la sociedad civil. Es precisamente nuestra intención aventurarnos, desde aquí, hacia el debate sobre hechos que creemos se han reproducido desde la economía manifestada en el mercado del trabajo, hacia la política representada por los modelos democráticos actuales.

Sin bien, en este sentido, los politólogos coinciden en que la existencia y función de la política es insustituible, y que por consiguiente, es requisito fundamental para consolidar los sistemas democráticos, la contrastante desconfianza ciudadana constituye un síntoma de la evidente crisis por la que atraviesan la institución del poder, contribuyendo además a denotar la percepción ciudadana de lejanía respecto a la misma.

Sin embargo, al insistir en el concepto de poder, sigue aflorando una característica de actualidad y novedad nunca antes tan fuertemente notada, y es que la política como fenómeno se ha consolidado primero como un proceso integrado de distintas esferas reconocibles como instituciones globales y se ha consolidado además, como un proceso cuyo pilar fundamental parece ser en particular una de estas instituciones. Así, el mercado reflejando a los sistemas económicos de producción, comercio y trabajo ha cimentado una estructura característica que hoy –agregamos tentativamente- tributado hacia la política y su particular ejercicio del poder; y hacia los sistemas de gobierno y administración, la iconografía del ‘’hacer por el hacer’’, frase sin motivo aparentemente especifico y que deja al descubierto una época que hace girar a la política en una dirección nueva.

Dicha dirección y sus procesos son integrados por el colectivo, siendo expresados de forma cultural en un tipo de sociedad hoy llamada post-moderna, donde aparecen agentes catalizadores de las características del proceso del cual hablamos.

Este texto fue escrito por Roy Díaz, estudiante de Sociología de la ULARE, es un extracto de la presentación que realizó en el congreso de Sociología del 2005 en la Universidad de Concepción, léanlo y comenten que les parece.

02-06-07

Literatura Postdictadura: una Mirada Hacia un Pasado Común

Dictaduras Latinoamericanas que se Hicieron Sentir en las Letras.

La literatura latinoamericana ha estado en constante estado de renovación, producto de los distintos períodos sociales que la han condicionado. Es así que, con anterioridad a las dictaduras de la década de los 70, predominó la llamada literatura fantástica, ésta utilizaba los elementos insólitos, maravillosos y mágicos para poner en crisis ciertos órdenes establecidos. La literatura fantástica, sirvió para mostrar que la realidad no es tan inmóvil, ni tan única como aparenta ser. En los años 50 por ejemplo, el argentino Julio Cortázar: escribe Bestiario, Final del juego y Las armas secretas. Más tarde surge el mexicano Juan Rulfo, con la temática de la relación vida y muerte, en su obra Pedro Páramo y en los años 60, la literatura fantástica culmina con el Realismo Mágico, cuyo mejor exponente es el colombiano Gabriel García Márquez.

La generación del 60, se caracteriza por la irrupción de lo cotidiano y por el desparpajo del lenguaje, entremezclando los elementos del habla popular con giros poéticos que, junto a estructuras innovadoras (como dejar de lado la narración lineal y omnisciente), dan vida a temas sociales, a la crítica y al humor.

Según Carmen Orellana, la literatura post-dictadura es una línea narrativa que trata temas como el exilio y el dolor, la vida y la muerte; relacionados estrechamente con el desarraigo de los países, del origen y de la identidad. Como es de esperar bajo cualquier régimen autoritario, la literatura sufrió graves trastornos producto de la censura y la autocensura.

Específicamente en Chile, existieron dos generaciones surgidas en períodos de gran convulsión social: la primera es la de los Novísimos, en la década del 70, y la segunda, conocida como N.N, vivió su juventud marcada por el golpe militar de 1973 y la dictadura.

Dadas las condiciones de aislamiento en esos tiempos (los espectáculos, la vida nocturna y los viajes eran prácticamente imposibles); se vuelve a los autores clásicos. Lo anterior redunda en una literatura diversa en temas, lenguajes y formas, en las que ambas generaciones expresan sus anhelos de libertad, así como sentimientos de solidaridad y justicia.

De esta situación nace la llamada Literatura Chilena de Exilio, una literatura reflexiva sobre la historia reciente de Chile. Entre los representantes más conocidos de esta vertiente figuran nombres como Antonio Skarmeta, Poli Delano y Ariel Dorfman, todos fundamentales para las letras latinoamericanas de la segunda mitad del siglo XX.

En la nueva narrativa chilena, escrita entre los 80, durante los regímenes autoritarios, y los 90, tal como en la Argentina, existe una fuerte tendencia a utilizar la forma detectivesca para enfrentar la realidad. Esta es la denominada novela negra, siendo Edgar Allan Poe, el verdadero padre de este género. La novela negra, es el reflejo de países como Chile, que viven bajo una atmósfera asfixiante, por el miedo, la violencia, la falta de justicia, la corrupción del poder y la inseguridad. Es así, como esta nueva narrativa permite compartir ciertas lealtades culturalmente determinadas, que van a ir generando una identidad en esta clase de actores sociales, que han sido marcados por el desarraigo, el miedo y la muerte.

El modo privilegiado para rescatar el pasado es un formato policial que permite una excelente posibilidad de hacer literatura realista, y de tematizar el contexto social y político de un país bajo un régimen dictatorial. En su mayoría la nueva novela negra continental conforma una narrativa realista en torno a hechos criminales que suscitan una investigación. Así, recoge las inquietudes del individuo actual, del habitante de las grandes urbes, inmerso en sociedades donde su destino parece decidido por variables políticas y de poder que pocas veces coinciden con sus intereses.

La novela negra en general, y la hispanoamericana en especial, se destaca por la denuncia del abuso del poder estatal del régimen militar; por la glorificación de la dimensión ética de la verdad y de la justicia en la convivencia humana; por su rescate de valores humanos como la solidaridad y amistad.

La literatura post-dictadura, ha permitido formar una identidad en aquellos sujetos que han sido víctimas de dictaduras, con una atmósfera asfixiante, con miedo y violencia; donde los regímenes dictatoriales han llegado a apoderarse de la vida de los individuos, interviniendo en las esferas más íntimas de los sentimientos humanos. A través de relatos, que intentan tematizar la realidad social y política de su país, bajo un régimen dictatorial, se va formando y moldeando esta identidad colectiva.

Finalmente, el fenómeno de la literatura post-dictadura, al estar vinculado con el quiebre político y existencial de Latinoamérica, ha permitido dar cuenta de los grandes cambios que surgieron en estos períodos: de la espontaneidad y la reacción emocional al terror y la retirada. Desde la perspectiva de la literatura post-dictadura se pueden observar cómo fueron cambiando los roles y las certezas de una sociedad, que no sólo ha tenido fracturas políticas y sociales, sino también fracturas existenciales.

Es importante destacar, que la dictadura tuvo un impacto profundo en la psiquis colectiva chilena, que se detectó básicamente por la literatura post dictadura: una desconfianza hacia todo lo que es espontáneo y emotivo, una inseguridad acerca de lo que gusta y no gusta, una inseguridad acerca de que como cambiar las cosas cuando a uno le gustan y una tendencia a no cambiar, sino a buscar el acuerdo y el consenso en cualquier caso. En definitiva miedo a la discusión. Así nos encontramos con una sociedad domada, un Chile que fue aplastado por el régimen militar, generando que la fantasía imaginativa rebelde estuviera bajo cautela. Con la muerte de la democracia también muere la poesía, dejando a un país sin fuerza movilizadora de la historia.

La literatura chilena y latinoamericana en general han tenido variadas vertientes, siendo la literatura post-dictadura una de las que más hincapié ha puesto en decir ciertas verdades que han estado ocultas en el acontecer nacional y latinoamericano.

La literatura, se nutre de la historia de nuestros países y ante un pasado común de contextos dictatoriales, no es de extrañar que hayan surgido corrientes literarias contestatarias a esta realidad. Principalmente, tendientes a promover una mejor sociedad y colocar de manifiesto ciertas certezas, que se trastocaron, principalmente, durante estos períodos, como por ejemplo, el respeto a la vida humana y el valor inalienable de la libertad

Notes:

Véase, Cuento Fantástico Latinoamericano, e Identidad y Realismo en la Narrativa (Adolfo Couve).

Esta ficha fue realizada en el marco del desarrollo de la alianza metodológica ESPIRAL, Escritores Públicos para la Integración Regional en América Latina.

Este artículo fue escrito por la compañera Karla Urzúa de Sociología, el texto está bueno, léanlo y comenten que les parece.

20-05-07

Sexo y Género: una Discusión Teórica

A continuación presentamos un artículo escrito por el estudiante Roy Díaz, el cual está a puertas de titularse. Esta discusión es elemental en estos días para poder ejercer cierta diferencia teórica y práctica entre las diferentes modalidades de género que vienen apareciendo de un tiempo hasta ahora.

Una de las prácticas humanas que acompañan a hombres y mujeres desde los primeros tiempos de su concepción como especie, son las practicas sexuales.

Esfera tan natural como la alimentación o el descanso, la sexualidad acompaña nuestra existencia desde sus orígenes, sirviendo incluso como base para la constitución de las primeras formaciones sociales descifradas por la antropología. Y es que las relaciones de tipo parental se articularon como los primeros vínculos humanos del tipo gregario, solidificando a través de esta vía, las distintas tribus del amanecer de nuestra cultura.

Sin embargo, la naturalidad de la sexualidad como práctica humana desde su concepción reproductiva, no tiene por que olvidar la trascendencia psico-social que adquirió la misma, con posterioridad a la formación de los primeros grupos sociales; dado que de una u otra forma, la sexualidad se transformó en un identificador y organizador de la vida social de los sujetos en colectivo, situación que se ha establecido de manera más o menos regular hasta nuestros días.

De la misma manera, la sexualidad como práctica se ha llenado de valoraciones, normas, estereotipos, creencias y producciones a lo largo de nuestra historia, conformando lo que hoy es quizás una de sus más potentes denotaciones, la identificación de roles de género.

Tan potente ha sido esta instalación de lo sexual en la vida social e individual de la humanidad, que hoy es común oír hablar de relaciones de sexo-género para estipular el tipo de vinculo psico-social entre dos o más individuos dentro de una marco de diferenciación rólica.

Sin embargo, traer a colación este tipo de evidencia solo indica una cosa, que detrás de esta constatación existe un motivo de debate, y es que según creemos, las relaciones de género y las relaciones sexuales tienen una diferencia sutil pero significativa que pone en cuestión toda una concepción estereotípica sobre roles de sexo y género de manera distinta.

A simple vista, el genero y el sexo debieran tener una correspondencia casi natural, como reza la ortodoxia en esta materia, por lo que se pudiera pensar en que sexo masculino y femenino debieran tener una correspondencia en género masculino y femenino respectivamente. Entendiendo al sexo como la disposición natural de diferencia sexual (hombre y mujer) y al género como disposición social de roles respecto al sexo (masculino y femenino).

Hasta ahora lo enunciado pareciera no presentar mayor problema, pero el debate se tranza cuando constatamos que en la práctica los enunciados anteriores no tienen una correspondencia perfecta, y con esto nos referimos a la evidencia de la homosexualidad como realidad históricamente declarada.

Desde esta perspectiva, la homosexualidad se plantea como la ruptura de los axiomas anteriormente profesados, pues lo que el sexo ha determinado en un sentido como hombre y mujer, por otro se configura como la ruptura de la correspondencia entre esta determinación y la determinación social de roles acordes con dichas disposiciones sexuales.

Así por ejemplo, entendemos como existe la posibilidad de tener una orientación sexual en una dirección y una tendencia o adscripción de género por otra.

Puntualizando más, la disposición sexual de los individuos tradicionalmente daba lugar a la adopción de un status de género concordante, el cual posibilitaba a su vez la adopción (e imposición) de una serie de roles acuñados a tales disposiciones. El hombre es guerrero o padre, cazador o proveedor; la mujer es labradora o madre, recolectora o criadora; e incluso el nivel emocional fuerte y débil, recio o sensible caracterizan a uno y otro género respectivamente.

Desde esta visión, la homosexualidad vendría a cuestionar y fracturar esta disposición psico-social planteando la incongruencia entre sexo y género.

Pero, como es nuestra intención, si vamos más allá, la misma homosexualidad dentro de su expresión plantea de igual forma los resabios de estas constataciones contradictorias respecto al sexo y al género.

Por ello, al adentrarnos en el debate nos percatamos de una diferencia particular que nos llama la atención, y es que la tendencia homosexual en el sexo femenino no cuestiona la adopción del género femenino como identificador social de la mujer, mientras que cualquier atisbo de conducta homosexual en el hombre plantea un cuestionamiento y perdida del género adscrito como identificador social.

Esta diferencia, ya constatada por la psicología, se nos abre como una interrogante trascendental respecto a las relaciones de sexo y género que se desarrollan en las distintas esferas de la sociedad

14-05-07

Santiago Desfigurado






Las fotos nos muestran un Santiago que no estamos acostumbrados a ver, alo mejor por nuestra ceguedad, por no querer abrir los ojos, nos perdemos de estos momentos que ocurren en una fracción de segundos y sólo son posibles de captar con el lente de una cámara, ya que este lente no está lo suficientemente apurado como para perderse estos momentos. Puede ser que la desfiguración de una cosa, no sea en si mismo algo trastornado, simplemente es poner atención y calmarse un poco para poder observar cosas que antes no las podíamos ver a simple vista. La percepción nos engaña, los sentimientos nos engañan, pues engañémoslos nosotros también tratando de mirar las cosas desde otro punto de vista, un punto de vista más centrado en la posibilidad de cambiar la realidad, transformándola en algo como estas fotos o en lo que se le pueda ocurrir al ser humano. No todo es lo que parece, ya que todo cambia, depende de cómo lo percibamos y sintamos a la vez.

Santiago puede ser recreado, puede ser reinventado, puede ser lo que uno quiera que sea, es cosa de cambiar la perspectiva para poder darse cuenta en donde está uno parado y a la vez, poder ir reinventando todo desde esa misma capacidad de darse cuenta en donde uno está. El objetivo de estás fotos es mostrar el lado B de un Santiago colapsado de gente, contaminación, edificios, calles, y tantas otras cosas que nos afectan día a día, un lado B que lo muestra una cámara, como también lo podría mostrar nuestra imaginación o nuestra capacidad para recrear todo lo existente, como decía, es cosa de saber donde está uno y desde esa misma perspectiva comenzar a jugar con las posibilidades que se nos van presentando, se puede lograr mediante psicoactivos, cámaras fotográficas, cámaras de video y tantas otras cosas aceptadas por el discurso actual, pero ¿Quién dice que no lo podremos lograr solos? Es hora de dejar a un lado lo que el sistema nos entrega y comenzar a crear algo nuevo, algo fuera de ese discurso y fuera de sus mecanismos de embobamiento, me refiero a empezar a pensar por uno mismo, la imaginación es la mejor arma que tenemos, ocupémosla sin desfigurarla con elementos de otra índole.

Las fotos y el texto son de Maximiano Contreras, estudiante de Sociología de tercer año.

08-05-07

El Rock y la Dialéctica Generacional

El siguiente artículo fue escrito por Francisco "Pancho" Astudillo, estudiante de cuarto año de la carrera de Sociología. En el presente, describe una mirada del Rock and Roll generacional y el conflicto que este conlleva con los padres.

“Si no les gusta a tus padres, entonces es buen Rock & Roll”

La frase es de Lemmy Kilmister vocalista/bajista de los clásicos e incombustibles Motörhead -trío de rock duro británico, un clásico del género- y en su simpleza lo dice todo, todo, es decir que acá no hay nada que explicar pero como no tengo nada mejor que hacer entonces lo explico. La frase representa las contradicciones en las relaciones de poder que se dan en el desfase generacional de los padres e hijos, pero más allá, la hipótesis de Lemmy da cuenta de lo que el rock & roll significa en lo más profundo como fenómeno social, como subcultura y estilo de vida. Esta simple frase inspira una revisión histórica del Rock como fenómeno, más allá de su merito musical y de su significativo impacto en las vidas de quienes somos rockeros.

En este sentido, nuestra micro teórico-explicativa no va pa` la mitificación ideológica del rock, no obstante sí lo reivindica, destacaremos el hecho que motiva la critica al rock por ser parte de un mercado, en este sentido no podemos desconocer que el rock como fenómeno si necesita de un contexto histórico-material que contempla un mercado desarrollado, es más el rock & roll tal y como lo conocemos y amamos emerge desde una subcultura pero es adoptada por el mercado y llega para quedarse en la cultura popular universal, pese a ser estigmatizada y vilipendiada constante mente. Si bien desde nuestra perspectiva podemos aceptar incluso considerar al rock dentro de la industria cultural Frankfurtiana o más bien no negar esa posibilidad, de todas formas nuestra perspectiva de análisis teórico se enmarca en el conflicto y emancipación, aunque no pretendo asignarle al rock una posición política, ni reducirlo al análisis de clase, sino estudiar el significado de conflicto.

En este sentido y ya dando por supuesto la existencia de un mercado el rock requiere de un determinado estado de desarrollo de la técnica, la ciencia y la tecnología aplicada, tanto para su aparición, propagación y perpetuación, este conjunto constituye un contexto material. Esta es una de las razones por la que se explica su aparición histórica, en un momento en que además del mercado la radio ya se había desarrollado (y consolidado como massmedia), que las técnicas de grabación habían dejado la precariedad inicial y que la industria tecnológica ya ofrecía entre otros adelantos (para la época naturalmente) uno de los elementos más importantes (que como símbolo no debe subestimarse) como es la electrificación de la guitarra, este último elemento a manera simbólica representa a un detonador que removió los cimientos de las relaciones tradicionales de poder intra-familiar que se venían desarrollando sin mayores modificaciones desde la era “tatasaurica” y es en este quiebre de impacto interaccional pero de implicancias históricas es el que concentrara nuestro interés analítico.

El rock es la expresión de un significado intra-subjetivo de cambio, de enfrentamiento, de cuestionamiento, de libertad y de hedonismo, en definitiva de desobediencia, todos elementos contrapuestos al orden, la estabilidad, la obsecuencia y el freno sacerdotal que predicaba la tradición y adultocéntrica, significado que sirve de instrumento a la generación limbo para auto interpretarse para transformarse en persona y sujeto generacional, el rock responde en este sentido a un periodo de represión tanto formal-normativa como interna, ya que hasta su aparición no se disponía de una identidad compartida que implicara símbolos y emociones en la juventud

La Familia Nuclear y las Relaciones Tradicionales de Poder

Las familia en tanto célula prima de reproducción social y socialización primaria, es decir agencia de internalización de normas y valores de la sociedad en el individuo, también ha sido una unidad en la que se reproducen las relaciones de poder macro sociales, en este aspecto coincidimos con Engels cuando planteaba que la familia era una reproducción a escala de las relaciones de poder de la sociedad industrial, en la que el hombre proveedor desempeñaba un rol análogo al del burgués industrial dueño de las fuerzas productivas en términos de ejercicio de la dominación autoritaria de desempeñar el poder. La familia nuclear industrial poseía estas características, características que se mantuvieron relativamente estables a través del tiempo y que a mediados del siglo pasado no habían sufrido mayores alteraciones.

El proveedor económico de la familia tradicionalmente había sido el hombre, lo que aumentaba su autopercepción de superioridad ya existente en la creencia tradicional machista. Esta configuración económica dentro de la familia contribuyó a que el poder en las familias en los diversos estratos sociales se ejerciese de manera autoritaria (al menos con mayor frecuencia de lo que se hace en estos días), de esta forma las mujeres y los hijos tenían que bailar la canción que le tocaran los viejos, es decir que el poder era ejercido sin mayores contrapesos en la familia, en este aspecto identificamos un desfase entre las formas de ejercicio del poder en la familia respecto de la sociedad capitalista, ya que en esta la democracia ya había adquirido el status de “verdad absoluta”, es decir que en la sociedad se “cumplía” (en el papel) en mayor medida el discurso ilustrado y el ejercicio del poder en la sociedad obligaba a quienes detentaran los cargos de poder a negociar para desarrollar sus actividades políticas mientras que en la familia el “padre” ejercía un poder sin contrapeso, lo que naturalmente despertaba resistencia en quienes se ejercía el poder (el resto de la familia), este fenómeno se venía manifestando constante mente en el tiempo pero no era atendido y además no existían canales de liberación legitimados plenamente por la sociedad.

Nuestro propósito es analizar la influencia del rock en las alteraciones en las relaciones de poder en la familia pero no podemos dejar de mencionar otro fenómeno social que contribuyo a debilitar el modelo tradicional en la post-guerra como fue el ingreso de la mujer al mercado laboral como producto de la masiva ausencia de los hombres enlistados en el ejercito gringo (en esa época aún no profesional), este hecho funcionó en alguna medida como un hito de distribución de poder que fomento las ideas feministas, lo que no sólo impulso a la mujer a las plazas laborales sino que además las llevo a profesionalizarse.

La Actitud de Inconformismo en la Cultura Popular Antes del Rock & Roll

Ya en los años 40’s los elementos característicos de la actitud de rock se habían difundido gracias al auge del bebop como subgénero del jazz, como genero el bebop recogía la improvisación y la libertad rítmica y armónica que el jazz había perdido o que en realidad nunca había tenido en tal magnitud. El bebop no era del gusto de papis como Louis Armstrong, el que declaraba en la prensa que el bebop “no era jazz” y era comprensible por sus características rupturistas no gradara a los puristas del genero. Más allá de sus características musicales, el bebop estaba asociado a un estilo de vida “carpe diem” cuya mayor figura y mártir fue Charlie “Yardbird” Parker el que en su estilo de vida había cristalizado el antónimo del conformismo gringo de su época, viviendo rápido y muriendo joven, siendo uno de los primeros en vivir en el desenfreno y dejar un “cadáver joven” (aunque su cadáver no parecía joven) en la música popular que influencio de alguna manera al rock.

Otro elemento importante que nutrió posteriormente de contenido al rock y muy ligado al bebop fue la generación beat. A influencia de la poesía y las novelas beat inspiraron a todo un contingente de jóvenes blancos que veían como la horizontalidad valórica gringa no les satisfacía y optaron por alternativas como el jazz (bebop principalmente), la poesía, viajar, la experimentación con drogas, la filosofía oriental, la promiscuidad sexual entre otras actividades proscritas por el marco normativo de la sociedad gringa. Las aventuras de Burroughts, Kerouac, Ginsberg y Ferlinghetti entre otros fueron significantes para una generación de seguidores que se reconocieron como beatnik.

Antes del rock su espíritu ya era parte de una subcultura que si bien no era masiva ya había echado raíces en el espíritu de la juventud.

Otro antecedente fue el blues como estilo ya que este fu la base sobre la que posterior mente se comercializo el rock & roll como un blues blanqueado. Tanto es la influencia del blues en el rock que su influjo se mantuvo muy patente hasta los años setenta, en un amplio rango estilístico, siendo uno de los elementos primarios en el desarrollo del rock duro.

El repertorio de Johnson, Leadbelly, J. Lee Hooker, Howlin` Wolf, Muddy Waters, Buddy Guy y muchos más lograron trascender la fronteras raciales permeando los gustos de una juventud sin identidad e impactar en la creación de un nuevo fenómeno de expresión social y estético, el rock.

El Mercado Adopta al Engendro

Pese a que los padres no les gustaba para nada el rock por su rupturismo en la conducta de los jóvenes, el mercado vio una oportunidad de negocios y no se equivocó, en ese sentido el fenómeno Elvis -dejo constancia de que si bien reconozco a Elvis como símbolo significante, personalmente lo considero un traidor al significado del rock por colaborar con la operación CAOS de la administración Nixon- es ilustrativo. Más allá de su impacto musical el valor histórico de Elvis fue el de haber sido quien convirtió al rock en un fenómeno de masas universal, de esta forma lo que fue una actitud subcultural se expandió como un best seller generando un efecto en cadena para las futuras generaciones, ya que el significado del rock es que se dotó a la juventud de significado simbólico, que vino a ayudar a expresar la actitud de descontento de una juventud reprimida y sin identidad. Mediante el rock el joven se diferencio del adulto y del niño, porque hasta ese entonces un niño era “un viejo chico” hasta que pasaba a ser adulto, sin transición, sin poder negarse, sin poder elegir. El rock significó el rescate de la rebeldía, significó decir “no al papa” decir “mis intereses son otros no son los tuyos” y de esta forma romper o alterar con las relaciones de poder en la familia, pero este fenómeno pronto trascendería lo micro-social, en cada familia en la que un disco de rock se convertía en la referencia de un joven o de un niño el poder tradicional se resquebrajaba y se generaban las condiciones para nuevos cambios en la mentalidad de la sociedad como un proceso natural, de esta forma el mercado toma apuestas más arriesgadas y liberales, casi de doble filo pero que contribuyeron a identificar un antes y un después del rock, es la emancipación del joven como sujeto colectivo ante el padre, es el enfrentamiento en que el hijo intente matar al padre en el sentido freudiano y se libera de las fuerzas superficiales de la tortura normativa, de su historia de vida, se dibuja la muerte de dios y del estado como estructuras panópticas de dominación, es salir a recreo en el colegio por primera vez, significa la búsqueda de un nuevo orden o bien del desorden. Una guitarra en llamas gritando el no a Vietman, diciendo no a dios, no al papá autoritario.

La lucha por los derechos civiles, liberación sexual de los sesenta, el pelo largo, las drogas, los sueños y el decir no a la guerra de Vietnam en un país en que aún el ejercito era no profesional tiene que ver con el quiebre de las relaciones de poder tradicionales masificadas luego de que el mercado expandiera al rock.

El rock, más allá de la música, de la estética, más allá de las tendencias y las modas de turno es una actitud de inconformismo, de enfrentamiento, de juventud sin edad, cuando el rock pierde esto, pierde su contenido y entonces ya no es rock, esto nos lleva a reflexionar que haciendo sociología podemos hacer rock porque esto nos es sólo música sino que significado lo que resulta esperanzador en este mundo y particularmente en este medio en el que el pensamiento único pretende constreñirnos, dirigirnos dominando “el mercado” imponiendo paradigmas fijando la censura teórica. En este escenario creo que la sociología debe hacer como el joven rebelde y enfrentarse, ser irreverente ante la o las figuras de autoridad y alterar las relaciones de poder en la academia como el rock lo hizo en la familia.

Así como el hijo se revela al padre con guitarras de banda sonora, creadores como John Lennon, Neil Young ocuparon su tribuna y su rock para generar conciencia y oponerse en su momento a la administración Nixon (y en el caso de Neil Young actualmente opositor a Bush), su creación florece en significado de ruptura e inspiración tanto para obras musicales, artísticas e incluso en sociología como es el caso de este artículo.

En cambio en la figura de Elvis observamos al sujeto víctima de la dialéctica, Elvis dejo de ser rock y término por aliarse con Nixon para desprestigiar y perseguir a gente como Lennon o Young y muchos más como parte de la operación CAOS, transformándose en un conservador y agente de censura, su muerte vendría a ser un tibio reflejo de la trágica muerte de significado que ya había tenido en vida, en su caso vemos ilustrada la tragedia de la cultura Simmeliana.

Es por esto que la frase del sabio Lemmy lo resume todo “si no le gusta a tus padres, entonces es buen Rock & Roll”, toda una teoría y una declaración de principios.